Álvaro Lorenzo hace
lo propio
Foto. Raquel Moreno
Agencia EFE.18/08/2018. Daniel Luque es un torero que
tiene la suerte (o desgracia) de verlo fácil salga el toro que le salga. Lo de
desgracia viene a cuento porque a veces su toreo peca de excesiva facilidad, y
su conexión con los tendidos sufre algún que otro corte de intensidad.
En Ciudad Real hoy se enfrentó a dos toros de
distinta condición. El primero, noble y algo soso, le permitió andar a gorrazos
con él. Anduvo técnicamente perfecto, llevándolo a media altura sin meterse
demasiado con él, armando una faena tan pulcra como, por momentos, algo
anodina.
Distinto fue el cuarto, un toro que protestó
tirando tornillazos, sobre todo por el pitón izquierdo, y aquí es donde se vio
a un Luque más comprometido, aguantando tarascadas al final del viaje y
apostando al dejársela (la muleta) y tirar de las embestidas algo desordenadas.
Reinó la clave de esta fiesta: la emoción. Lo correcto puede llegar a aburrir.
A Emilio Huertas, el helado que era el segundo se
le derritió demasiado pronto. Justo cuando había que apretar en el final de
faena. Antes había entendido al de Pereda perfectamente, sin exigirle en
demasía y templando sus enclasadas embestidas, especialmente por el pitón
izquierdo. Cortó oreja aunque mató a la segunda.
El burraco quinto huyó de los capotes en los dos
primeros tercios, y de la muleta cuando el torero ciudadrealeño fue a por él.
Tras deambular por el ruedo acertó a retenerlo en toriles, enjaretándole varias
series siempre por el derecho, más tirando de pundonor que con lucimiento. Lo
cazó a la segunda, lo que, en esta ocasión, le cerró la puerta grande.
Álvaro Lorenzo se presentaba en Ciudad Real, y lo
hizo con un toro de embestida áspera, en un momento en el que el aire sopló
molesto. Aunque el toro, justito de raza, no pedía sometimiento, el viento
forzó al toledano a arrastrar la muleta para evitar quedar al descubierto.
Sin salirse de su corte clásico se arrimó cuando
las embestidas decayeron en ímpetu, arrancando una oreja meritoria, como mérito
tuvo la entrega con la que se la puso al descastado sexto, que se movió sin
ritmo ni entrega.
Lorenzo aguantó las violentas sacudidas hasta
dominar la embestida del manso encastado con el que cerró una actuación en la
que no vino a tirar las tres cartas, a pesar del compromiso de mañana en Bilbao
con Victorinos.
Mención aparte merece la presentación de la corrida
con los dos hierros de Pereda. Irreprochable. Seria pero bien hecha. Un tacazo.
El comportamiento fue otra cosa.
Ciudad Real, sábado 18 de agosto de 2018. 2ª de Feria.
Un cuarto de plaza.
Cuatro
toros de La
Dehesilla y dos de José Luis Pereda (segundo y sexto). Magníficamente
presentados, nobles y con clase, aunque no sobrados de fuelle. Los mejores,
primero y segundo.
Daniel Luque, oreja y dos orejas.
Emilio Huertas, oreja y ovación con saludos tras
aviso.
Álvaro Lorenzo, oreja y dos orejas.
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